Informe de voluntariado (asignación del 6 al 13 de octubre de 2024)
Llevaba mucho tiempo esperándolo, y por fin llegó: una semana en Finca Noah para ayudar a cuidar a los cerca de 200 animales. Animales a los que se coge cariño increíblemente rápido. Porque todos confiaron rápidamente en una recién llegada como yo. En retrospectiva, esto es lo que más se me ha quedado grabado y fue lo mejor de toda la experiencia para mí. Independientemente de si te gustan más los perros o los gatos, los pájaros que se te suben encima, los gansos que siempre tienen algo que decirte, o los burros y caballos que vienen a que los acaricies, enseguida se encariñan contigo y todos te dan la sensación de que siempre has formado parte de sus vidas y de que te valoran. Probablemente su apertura se deba también al hecho de que ya están acostumbrados a las personas. No obstante, es simplemente maravilloso ver que, gracias a los cuidados y la seguridad que reciben en la Finca Noah, son capaces de dejar atrás su pasado, en su mayor parte traumático, y acercarse de nuevo a la gente sin inhibiciones.
Cuando hablo de los cuidados y la seguridad que proporciona Finca Noah, me refiero sobre todo a un lugar limpio donde alojarse y dormir, comida regular y personalizada y, si es necesario, medicación. En esto consistía mi trabajo diario como voluntaria. Junto con los demás ayudantes habituales -un grupo totalmente genial, por cierto- me puse en marcha a las 7.50 de la mañana para empezar limpiando de cacas los recintos de los gatos y los perros, limpiando los bebederos y las piscinas y llenándolos de agua fresca, fregando, fregando el suelo de las casitas para dormir y volviendo a colocar las mantas, recién sacudidas. Y, por supuesto, no podían faltar unas cuantas caricias entre medias. Luego pasamos a los loros y al recinto de los conejos, palomas, periquitos, tortugas y gansos (sí, todos conviven pacíficamente bajo el mismo techo). Una vez transcurridas unas dos horas y atendidas todas las mascotas, pasamos a los animales de granja más grandes. Según el día
- Ayudamos con los caballos y el burro Pablo, donde, además de darles de comer, la tarea principal era limpiar los excrementos de caballo y las pajas esparcidas por el terreno, limpiar los establos y vaciar los carros llenos de montones de estiércol para esparcirlos por la propiedad como abono.
- barrer los miles y miles de bolas de heces del extenso recinto de ovejas, ciervos y ponis y trasladar la paja y las piedras a su lugar correspondiente.
- alimentar a los patos, al pavo Risibisi y a la cerda panzuda Margrith, que hace honor al nombre de su especie. También aquí hubo que limpiar y rellenar el abrevadero y la gran piscina de las gallinas y encontrar huevos de gallina escondidos. Al fin y al cabo, con unas 90 gallinas y gallos, no se necesitan más.
Independientemente de dónde estuviéramos ayudando, la fregona fue nuestra compañera constante en la segunda mitad de la mañana. Las cinco horas de la mañana pasaron volando y me retiré a mi acogedor alojamiento en la granja, Casa Jeannine, para comer y echar una siesta. Fue un buen momento para hacer footing, visitar las preciosas bahías cercanas, hacer la compra en el supermercado y abrazar a los animales. A las seis de la tarde nos reuníamos para la ronda vespertina, durante la cual se volvía a refrescar el agua por todas partes, se limpiaban las cacas y se barría la paja, y hacia las siete y media solía llegar la hora de dar por terminada la jornada.
Lo que Farah ha construido aquí es realmente algo que merece la pena apoyar. El hecho de que ella y su compañera Nadine tengan un trabajo a tiempo completo además de todo esto, respondiendo constantemente a mensajes, encontrando hogares para los animales, enseñando la granja a los visitantes y haciendo consultas al veterinario es difícil de creer y siento un gran respeto por este extraordinario compromiso. Y todo ello bajo la gran presión actual de encontrar un nuevo hogar para la granja.
Al principio tenía miedo de que el sufrimiento de los animales fuera demasiado para mí. Pero si alguna vez has estado en Finca Noah, sabrás que los animales allí están muy bien. No viven en pequeñas perreras, como podrías reconocer en algunos refugios de animales, y comparten su recinto con uno o varios animales más para que no estén solos. Además, muchos de ellos tienen un final feliz: sólo en esta semana, dos gatos, un perro y algunas gallinas y gallos han encontrado su "hogar definitivo".
Sin embargo, no todo fue color de rosa, eso no sería del todo honesto. Cualquiera que me conozca sabe que soy extremadamente ordenada y que la limpieza es muy importante para mí (incluso limpio el cajetín de la aspiradora, me avergüenza admitirlo ). También estoy absolutamente convencida de que un alto nivel de limpieza es importante para el jardín. Pero en algún momento, incluso yo me harté de fregar. En lugar de quitar laboriosamente hasta la última paja del suelo, hubiera preferido pasar un poco más de tiempo jugando y manteniendo ocupados a los animales. Pero, al fin y al cabo, no es mi granja y no son mis reglas las que se están cumpliendo.
Tampoco hay que tener remilgos. Farah es una persona que te da la sensación de que sabes a qué atenerte. Se lo agradezco. Sin embargo, es sorprendente ver cómo alguien con un corazón tan grande para los animales puede tener a veces un tono tan duro. A veces eran cosas que la otra persona simplemente no sabía. Estoy segura de que al final no lo hizo con mala intención, pero aun así me pareció inapropiado en algunos momentos. Pero tal vez los acontecimientos actuales eran simplemente responsables de sus nervios más finos.
Aparte de eso, la semana en Finca Noah fue una experiencia enormemente valiosa y los animales merecen cada gota de sudor. Ver su gratitud y alegría genuina, su curiosidad y su idiosincrasia fue enriquecedor y te hace desear que más gente fuera como ellos, entonces apenas habría necesidad de bienestar animal. Además de babas y probablemente un poco de caca en mi ropa, me llevo muchos recuerdos maravillosos, grandes encuentros, un poco más de desilusión sobre la crueldad de los humanos, pero también mucha esperanza de esta semana. Volvería en cualquier momento. Gracias a Farah, Nadine, Juan y a todo el gran equipo, ¡y espero volver a veros pronto!