Además del turismo y de Ballermann
Aunque Mallorca es muy conocida por el Ballermann, no hay que olvidar la belleza del paisaje. Las hermosas bahías con playas de arena blanca y el clima subtropical atraen cada año a más de 20 millones de turistas a la isla. Además de estas hermosas condiciones, varios cientos de miles de animales viven en las calles de esta pequeña isla. Además, innumerables animales son maltratados y mantenidos en malas condiciones de vida. Por eso hemos decidido apoyar a la organización de protección de animales Animal Police. Desde el principio pudimos participar activamente, recoger impresiones increíbles y también conseguir muchas cosas. Y eso es lo que hace la Policía Animal: acción en lugar de palabras. Desde el primer día, Farah, la jefa de la organización, nos acogió calurosamente y nos integró en su vida cotidiana. Su gran corazón por los animales es inconfundible. Día y noche está literalmente dispuesta a trabajar por su bienestar. Esto no es más que inspirador e impresionante. Nos ha presentado varios proyectos locales en los que hemos podido participar y echar una mano. Todos estos proyectos tienen el mismo objetivo: ayudar a los adorables animales de esta isla.
Trabajo duro para la felicidad de los animales
El cuidado de los animales acogidos en los centros de rescate supone un compromiso de tiempo enormemente intenso. Cada día, los empleados se esfuerzan por darles una buena vida y colocarlos en buenos hogares. Además de las castraciones, las vacunas y mucho trabajo de limpieza, los animales también necesitan mucho cariño. Para hacer frente a todo esto, agradecen cualquier apoyo. Los perros nos demuestran su entusiasmo cada vez que los llevamos a pasear por el bosque. El aire fresco despierta sus espíritus y es evidente que disfrutan cada segundo de esta libertad. Los gatos se frotan la cabeza contra nosotros cuando limpiamos sus lugares o los llenamos de agua potable y comida fresca. Además de estas tareas de atención recurrentes, la Policía Animal también responde a las llamadas de auxilio espontáneas. Por ejemplo, reparamos una valla rota que ponía en peligro la vida de los animales que pastaban allí.
Equipados con estacas, una valla de malla metálica y herramientas, conseguimos sustituir una valla de 20 metros en cinco horas. La propietaria del santuario, Stacey, contempló el producto final con gran alegría y se mostró increíblemente agradecida por la ayuda. Ahora los animales pueden volver a estar fuera con seguridad, jugar y pastar.
Experiencias que no tienen precio
Estamos muy orgullosos y agradecidos por esta asignación de voluntarios en la Policía Animal. En este corto tiempo hemos aprendido muchísimo y, sin duda, hemos podido hacer nuestra propia contribución.
Cada paseo, cada ladrido feliz de un perro y cada maullido de un gato valieron la pena para viajar a esta isla de ensueño de Mallorca y ofrecer nuestro tiempo y trabajo. Muchas gracias a Animal Police y especialmente a Farah por esta valiosa experiencia.
Escrito por Joy y Kendra